Por fin otro reto de los asaltablogs. En esta ocasión hemos tenido el placer de asaltar sin piedad la cocina de Sandra, su maravilloso blog repleto de recetas a cual más buena, ApfelStrudel Kuchen.
En cuando conocí el nombre del blog que había salido para este mes, entré para elegir la receta que me quedaría, pero ha sido una tarea difícil, porque hay infinidad de recetas, dulces y saladas entre las que elegir. Tras repasar todas las recetas, tenía bastantes favoritas y finalmente me decanté por esta, ya que nunca había comido un pastel preparado de esta forma y la verdad que pintaba bien, así que decidí entrar en su cocina despacito para no hacer ruido, aunque casi me pilla y salí pitando con ella en las manos.
Este es pues, el resultado de su receta, que podéis ver aquí, a ver qué os parece. Nosotros lo hemos comido dos veces y aún queda más en el congelador, listo para ser devorado. El resultado me ha encantado y sin duda, es para volver a repetir.
Así que os voy a enseñar cómo ha quedado mi versión, espero que os guste.
-INGREDIENTES:
- 240 gr. de harina
- 120 gr. de mantequilla
- 120 gr. de queso Cheddar rallado
- 1 huevo
- 1 pizca de sal
Ingredientes para el relleno:
* Con los cambios que he hecho en mi versión
- 600 gr. de pechugas de pollo (2)
- 600 gr. de setas y/o champiñones variados (3)
- 50 gr. de mantequilla
- 300 ml. de leche
- 200 ml. de caldo de pollo
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo (4)
- 2 cucharadas soperas de harina (5)
- 2 cucharadas soperas de aceite de oliva
- Sal (al gusto)
- Pimienta blanca (al gusto) (6)
- Perejil (al gusto)
- 1 huevo (7)
- 1 vasito de cerveza (8)
(1) He sustituído la cobertura por pasta filo.
(2) He puesto casi 400 gr. de pechuga de pollo
(3) He usado champiñones naturales
(4) Le he puesto 2 dientes de ajo
(5) He utilizado maizena
(6) He añadido 5 pimientas (molinillo de 5 pimientas)
(7) No he utilizado el huevo, lo he sustituído por un poquito de mantequilla derretida para dorar la pasta filo.
(8) La cerveza no estaba en la receta original.
ELABORACIÓN:
Picar los ajos finamente y dorar en una sartén a fuego medio con un chorrito de aceite de oliva.
Agregar perejil picado al gusto.Trocear también las cebollas y añadir a los ajos hasta pochar. Mientras, podemos ir cortando el pollo en trocitos.
En la sartén que acabamos de utilizar, echamos el pollo, previamente salpimentado, a fuego fuerte y sellamos. Bajamos el fuego (fuego medio) y agregamos los champiñones troceados y dejamos cocinar unos minutos, removiendo de vez en cuando.
Añadimos un buen chorreón de cerveza y esperamos a que se consuma el líquido. Reservamos.
Aprovechamos para hacer la bechamel mientras vigilamos el pollo y los champiñones. Para ello, ponemos un cacillo a fuego medio- bajo al que añadimos 50 gr. de mantequilla y dos cucharadas de maizena, removemos hasta conseguir una mezcla dorada y homogénea.
En un bol, mezclamos el caldo de pollo (200 ml.) y la leche (300 ml.), que vamos añadiendo a nuestra mezcla poco a poco sin dejar de remover.
Empezaremos a notar cómo va espesando la mezcla. Llevamos a ebullición, sin olvidarnos de dejar de remover, pues de lo contrario se pegará al fondo de la cazuela. Añadimos las preparaciones que tenemos reservadas para que termine de cuajar con todos los ingredientes.
Retiramos del fuego y pasamo el relleno del pastel a un bol y metemos en la nevera durante media hora.
Precalentamos el horno a 180º.
Preparamos una fuente apta para horno y la untamos con mantequilla. Sacamos la pasta filo de la nevera y vamos cubriendo el fondo de la fuente con ella*.
*NOTA: Esperamos hasta el último momento para usar la pasta filo, pues de lo contrario se secará rápidamente.
Y ya tenemos nuestro pastel de champiñones y pollo delicioso y del que ha quedado un poquito porque lo tengo a salvo en el congelador para atacar en cualquier momento, si no, estoy segura que no quedaría ni un trocito.
Preparamos una fuente apta para horno y la untamos con mantequilla. Sacamos la pasta filo de la nevera y vamos cubriendo el fondo de la fuente con ella*.
*NOTA: Esperamos hasta el último momento para usar la pasta filo, pues de lo contrario se secará rápidamente.
Vertemos con cuidado la mezcla que tenemos en la nevera y la tapamos con la parte de las sabanitas que sobresalen por los lados.
Derretimos una nuez de mantequilla y pincelamos la pasta que ha quedado por arriba.
Terminamos de cubrir con más sabanitas de pasta filo, que podemos recortar con unas tijeras para hacerlas del tamaño de la fuente.
Hacemos cuatro agujeros con un cuchillo en la parte del centro y pincelamos con la mantequilla para que se dore.
Metemos al horno en la parte central a 180º durante 25-30 minutos o hasta que tenga un bonito color dorado.
Seguro que vuelvo a hacerlo más veces, porque está delicioso.