domingo, 30 de octubre de 2016

Chicken and Mushroom Pie (Pastel de pollo y champiñones) Reto #Asaltablogs


     Por fin otro reto de los asaltablogs. En esta ocasión hemos tenido el placer de asaltar sin piedad la cocina de Sandra, su maravilloso blog repleto de recetas a cual más buena, ApfelStrudel Kuchen.

     En cuando conocí el nombre del blog que había salido para este mes, entré para elegir la receta que me quedaría, pero ha sido una tarea difícil, porque hay infinidad de recetas, dulces y saladas entre las que elegir. Tras repasar todas las recetas, tenía bastantes favoritas y finalmente me decanté por esta, ya que nunca había comido un pastel preparado de esta forma y la verdad que pintaba bien, así que decidí entrar en su cocina despacito para no hacer ruido, aunque casi me pilla y salí pitando con ella en las manos.
Este es pues, el resultado de su receta, que podéis ver aquí, a ver qué os parece. Nosotros lo hemos comido dos veces y aún queda más en el congelador, listo para ser devorado. El resultado me ha encantado y sin duda, es para volver a repetir.
Así que os voy a enseñar cómo ha quedado mi versión, espero que os guste.



-INGREDIENTES:

Ingredientes para la cobertura: (1)
  - 240 gr. de harina
  - 120 gr. de mantequilla
  - 120 gr. de queso Cheddar rallado
  - 1 huevo
  - 1 pizca de sal


  Ingredientes para el relleno:


* Con los cambios que he hecho en mi versión
  - 600 gr. de pechugas de pollo (2)
  - 600 gr. de setas y/o champiñones variados (3)
  - 50 gr. de mantequilla 
  - 300 ml. de leche 
  - 200 ml. de caldo de pollo
  - 1 cebolla 
  - 1 diente de ajo (4)
  - 2 cucharadas soperas de harina (5)
  - 2 cucharadas soperas de aceite de oliva
  - Sal (al gusto)
  - Pimienta blanca (al gusto) (6)
  - Perejil (al gusto)
  - 1 huevo (7)

  - 1 vasito de cerveza (8)

(1) He sustituído la cobertura por pasta filo.
(2) He puesto casi 400 gr. de pechuga de pollo
(3) He usado champiñones naturales
(4) Le he puesto 2 dientes de ajo
(5) He utilizado maizena
(6) He añadido 5 pimientas (molinillo de 5 pimientas)
(7) No he utilizado el huevo, lo he sustituído por un poquito de mantequilla derretida para dorar la pasta filo.
(8) La cerveza no estaba en la receta original.

ELABORACIÓN: 
Picar los ajos finamente y dorar en una sartén a fuego medio con un chorrito de aceite de oliva.




Agregar perejil picado al gusto.Trocear también las cebollas y añadir a los ajos hasta pochar. Mientras, podemos ir cortando el pollo en trocitos.




En la sartén que acabamos de utilizar, echamos el pollo, previamente salpimentado, a fuego fuerte y sellamos. Bajamos el fuego (fuego medio) y agregamos los champiñones troceados y dejamos cocinar unos minutos, removiendo de vez en cuando.




Añadimos un buen chorreón de cerveza y esperamos a que se consuma el líquido. Reservamos.



Aprovechamos para hacer la bechamel mientras vigilamos el pollo y los champiñones. Para ello, ponemos un cacillo a fuego medio- bajo al que añadimos 50 gr. de mantequilla y dos cucharadas de maizena, removemos hasta conseguir una mezcla dorada y homogénea. 


En un bol, mezclamos el caldo de pollo (200 ml.) y la leche (300 ml.), que vamos añadiendo a nuestra mezcla poco a poco sin dejar de remover. 



Empezaremos a notar cómo va espesando la mezcla. Llevamos a ebullición, sin olvidarnos de dejar de remover, pues de lo contrario se pegará al fondo de la cazuela. Añadimos las preparaciones que tenemos reservadas para que termine de cuajar con todos los ingredientes.



Retiramos del fuego y pasamo el relleno del pastel a un bol y metemos en la nevera durante media hora.
Precalentamos el horno a 180º.
Preparamos una fuente apta para horno y la untamos con mantequilla. Sacamos la pasta filo de la nevera y vamos cubriendo el fondo de la fuente con ella*.
*NOTA: Esperamos hasta el último momento para usar la pasta filo, pues de lo contrario se secará rápidamente.



Vertemos con cuidado la mezcla que tenemos en la nevera y la tapamos con la parte de las sabanitas que sobresalen por los lados.



Derretimos una nuez de mantequilla y pincelamos la pasta que ha quedado por arriba.



Terminamos de cubrir con más sabanitas de pasta filo, que podemos recortar con unas tijeras para hacerlas del tamaño de la fuente.
Hacemos cuatro agujeros con un cuchillo en la parte del centro y pincelamos con la mantequilla para que se dore. 


Metemos al horno en la parte central a 180º durante 25-30 minutos o hasta que tenga un bonito color dorado. 


Y ya tenemos nuestro pastel de champiñones y pollo delicioso y del que ha quedado un poquito porque lo tengo a salvo en el congelador para atacar en cualquier momento, si no, estoy segura que no quedaría ni un trocito. 



Seguro que vuelvo a hacerlo más veces, porque está delicioso.

lunes, 24 de octubre de 2016

Pechuga de pollo con cebolla y champiñones. Guarnición: patatas crujientes al horno y ensalada de canónigos


     Me encantan las recetas de mi madre, más aún cuando las prepara ella, pero como la tengo lejos, me conformo con hacerlas yo y ese olor tan característico que desprenden, qué bien huele en la cocina y qué recuerdos tan buenos me trae. 
     Mi madre prepara esta receta con solomillo, pero he utilizado pechuga de pollo que también queda muy jugoso.


INGREDIENTES (para tres personas)

Para el pollo con cebolla y champiñones:
- 3 pechugas de pollo
- 1 cebolla grande
- 1 vaso de caldo de carne
- 1 chorreón de vino blanco
- Cahmpiñones naturales
- Dos hojas de laurel
- Pimienta negra en grano
- 2 clavos
- Perejil fresco
- Tomillo
- Pimienta para moler (molinillo 5 pimientas)

Para las patatas al horno crujientes:
- Tres patatas medianas
- Curry
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta
- Orégano
- Sal

Para la ensalada:
- Canónigos
- Tomates cherry
- Queso azul
- Cebolla 
- Cebolla frita
- Orégano
- Vinagre de manzana
- Sal
- Pimienta molida 

ELABORACIÓN:
Para el pollo:
Picamos cebolla en brunoise ( trocitos pequeños).
Ponemos una olla mediana a fuego medio con un chorreón generoso de aceite de oliva. Pochamos las cebollas, añadimos sal y pimienta.
Cortamos los champiñones en cuartos, los añadimos a la olla, y agregamos también el laurel, los granos de pimienta, los clavos y el tomillo.



Vamos removiendo de vez en cuando.
Mientras, salpimentamos las pechugas, añadimos perejil picado y marcamos con fuego medio- alto, en una sartén. Reservamos.


En la sartén donde hemos marcado las pechugas, echamos el caldo de carne y un chorreón de vino blanco. Dejamos un par de minutos y echamos a la olla.
Agregamos las pechugas y bajamos un poco el fuego, dejando que se cocine todo durante una hora y media. Tapamos la olla dejando un hueco para que salga el vapor y removeremos varias veces durante la cocción. 





Para las patatas:
Para las patatas, podéis ver que las hice iguales aquí al final de la receta, únicamente he añadido un poquito de curry en polvo, el resto de la elaboración es de la misma manera.


Para la ensalada:
Cualquier ensalada es buena, pero yo os enseño la mía.
Lavamos los canónigos con cuidado y escurrimos. Ponemos encima de un papel de cocina sin apretarlos, para que suelten el exceso de agua. 
Picamos un trocito de cebolla finamente al igual que el queso azul.
Añadimos los ingredientes en un bol y  ponemos por encima los tomates cherry y la cebolla frita. Aliñamos con aceite, vinagre y sal. Espolvoreamos con una pizca de pimienta y orégano. 







¡Me voy a comer! Espero que os guste.

lunes, 17 de octubre de 2016

Fabada asturiana. Receta de mi madre


     Por fin llegó el otoño y con él las recetas de cuchara de toda la vida. Este plato ha sido todo un descubrimiento para mí, porque hasta el día que la he preparado, pensaba que no me gustaban las judías blancas. 
Llamé a mi madre y me dio su receta, que está deliciosa.


INGREDIENTES:
- 500 gr de judías blancas
- 2 chorizos asturianos
- 2 morcillas asturianas
- 2 trozos de panceta asturiana
- Media cebolla
- 1/2 cucharadita de pimentón dulce
- Azafrán en hebras
- Sal


ELABORACIÓN:
La noche anterior, ponemos las judías a remojo con agua fría.


Cuando vayamos a preparar la fabada, lavamos las judías y las escurrimos. Las echamos a una olla y las cubrimos con agua fría, más dos dedos más de agua, ponemos a calentar a fuego medio-fuerte.
Añadimos los chorizos que habremos pinchado o le habremos hecho unos pequeños cortes para que no revienten durante la cocción, la panceta troceada y la media cebolla entera.



Cuando de el primer hervor, "asustamos" con un chorro de agua fría, algo que repetiremos tres veces durante toda la cocción, cada vez que hierva la fabada, con la ayuda de estos cambios de temperatura, nos asegurarnos que quedan tiernas las judías cuando hayamos terminado.
Bajamos a fuego medio.
Quitamos la espuma  y retiramos el exceso de grasa con una cuchara, repetiremos cuantas veces sea necesario.
Añadimos las morcillas.


     Tendremos cuidado al remover los ingredientes, al principio podemos hacerlo con una cuchara de madera, pero a medida que van cociendo las judías, moveremos la olla con pequeñas sacudidas, para no romperlas.
Añadimos media cucharadita de pimentón y unas hebras de azafrán.
     Bajamos el fuego un poco más y dejamos cocer, durante dos horas o hasta que las judías estén tiernas.

Retiramos y ya podemos disfrutar de nuestra fabada asturiana llena de sabor.
     


      Hemos acompañado la fabada con lacón y unos pimientos del padrón fritos. 


Una comida deliciosa para dar la bienvenida al frío.

lunes, 10 de octubre de 2016

Tarta con bizcocho de chocolate y crema de esponjitas (nubes o marshmallow)



     Cada vez que hago este tipo de tarta es un éxito asegurado, con el "bizcocho cremoso de chocolate perfecto totalmente americano" de Rose Levy Beranbaum, de su libro "La biblia de los pasteles" junto con la crema de esponjitas, que al no llevar más que el azúcar de las nubes y el doble de nata, le quita dulzor y no queda empalagosa, sino sutilmente dulce, que es como me gustan los pasteles.
     He hecho varios bizcochos de chocolate, porque me gusta ir probando recetas diferentes, hasta que encontré esta, entonces dejé de buscar, al menos de momento.
     Vamos a prepararla, ya veréis que a partir de ahora, esta tarta será una de vuestras favoritas.


INGREDIENTES:

Para el bizcocho de chocolate (He redondeado cantidades con respecto a las que aparecen en el libro, he puesto 5 huevos en lugar de 6, pues me parecían muchos, he añadido 3 gr menos de levadura de lo que correspondía según la receta original y he echado 7 gr de sal en lugar de 10):


- 130 gr. de cacao puro en polvo sin azúcar (Valor)
- 480 gr. agua hirviendo

- 5 huevos M

- 1 cucharadita de extracto de vainilla

- 470 gr. de harina de repostería

- 400 gr. de azúcar blanca

- 15 gr. de levadura en polvo (royal)

- 7 gr.  de sal
- 450 gr. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente



Para la cobertura de la tarta:

800 gr. de esponjitas
- 1600 ml. de nata para montar (35% materia grasa)
- Colorantes en pasta de Wilton (verde, morado y azul)
- Confeti de colores (lo he comprado en la tienda "casa")











ELABORACIÓN:

Preparación de los moldes:
     Las cantidades de los ingredientes, son para dos bizcochos. Cogemos dos moldes, desmontamos uno y cortamos dos círculos del tamaño del diámetro del fondo. Medimos el ancho y cortamos cuatro tiras, con las que forraremos las paredes de los moldes.
Montamos el molde, enmantequillamos. Cubrimos con el papel de horno que hemos preparado y pulverizamos con spray desmoldador, que podemos encontrarlo en cualquier tienda de repostería. Reservamos.









     Precalentamos el horno a 165º (sin aire, sin turbo).

     Ponemos el agua a hervir y cuando está lista, añadimos el cacao puro en polvo y removemos hasta que tengamos una mezcla pareja y sin grumos. Dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Mientras, mezclamos los ingredientes secos (azúcar, harina, levadura en polvo y la pizca de sal).



     Sacamos la mantequilla de la nevera un rato antes de prerarar el bizcocho para que temple, una vez esté a temperatura ambiente o con una textura en pomada, podemos utilizarla.
     También sacamos los huevos para que no estén fríos. La receta original pide huevos XL, pero yo tengo por costumbre utilizar huevos M.
     Una vez que nuestra mezcla de agua y cacao esté templada, añadimos los huevos y los batimos ligeramente, no hacemos que esta mezcla sea homogénea, terminaremos de batir con el resto de ingredientes. Añadimos también la cucharadita de extracto de vainilla o en mi caso, el interior de una vaina de vainilla.
* NOTA: La vaina de vainilla venía muy seca y la he hidratado durante 10 min. con agua caliente, entonces la he abierto longitudinalmente y he sacado el interior con la ayuda de un cuchillo, como hice aquí, que le da mejor sabor que el extracto.
     En la amasadora, o bien a mano, pues he preparado este bizcocho de las dos maneras, removemos los ingredientes secos para que se mezclen entre ellos.
     Añadimos a los ingredientes secos la mantequilla y batimos hasta que se hayan integrado, seguidamente vamos agregando en tres o cuatro veces a nuestra masa, la mezcla de cacao y huevos, poco a poco, a velocidad baja o manualmente con unas varillas.



     Terminaremos de preparar la masa del bizcocho cuando veamos que tenemos una mezcla esponjosa, lisa y homogénea.


     Horneamos los bizcochos poniéndolos en la bandeja del centro del horno, a 165º, calor arriba- calor abajo, sin turbo, durante aproximadamente 1 hora. Unos minutos antes de que pase ese tiempo, podemos pinchar los bizcochos con un palito (yo uso un pincho de hacer pinchitos), si sale limpio, los sacamos del horno, de lo contrario, dejaremos que se cocinen los bizcochos un poco más.
     Sacamos los bizcochos y los dejamos sobre una rejilla para que se enfríen por todos los sitios por igual. Cuando estén a temperatura ambiente, los cubrimos con papel film y los dejamos en la nevera toda la noche, para cuando haya que montar la tarta, sea más fácil manejarlos y no se rompan, pues estos bizcochos son muy frágiles.



Para la cobertura:
Podemos ver las fotos de preparación del frosting pinchando aquí.
En una olla grande, echamos los 1600 ml. de nata y ponemos a calentar a fuego medio. Añadimos las esponjitas y vamos removiendo hasta se hayan disuelto en la nata, esto nos llevará un rato, pero merecerá la pena.
Una vez hayamos conseguido una mezcla homogénea, retiramos del fuego. Esperamos unos minutos y tapamos con papel film, directamente sobre la mezcla, para que no se seque. Le habrá salido una espuma, pero no tenemos que preocuparnos de quitarla, ya que cuando montemos la crema, se quitará sola.
Metemos a la nevera y la dejamos toda la noche reposar y enfriar.
Al día siguiente, dividimos la masa según los colores que queramos obtener, en este caso, en tres partes. 
Empezamos a batir cada porción de masa, al principio le saldrán grumos, pero enseguida obtendremos una crema esponjosa a la que podemos ir añadiéndole el color que queramos. No nos preocuparemos de la nata que lleva la mezcla, pues no se cortará, podemos batirla tanto como queramos. He empezado cogiendo un poquito de colorante con el mango de una cucharilla, y he ido añadiendo hasta que me han gustado los colores que he obtenido. Es mejor que vayamos poniendo color poco a poco, para no pasarnos.
     Cortamos las capas de bizcocho y antes de separarlas, ponemos palillos uno debajo de otro en cada capa, para guiarnos y salga una tarta nivelada. Ahora sí, vamos a montar la tarta.
     Cogemos un plato giratorio, le ponemos un trapo de cocina y el plato de la tarta encima, así no se moverá. Ponemos una cucharada de masa y una capa de bizcocho encima, para que la tarta se adhiera a él.
Rellenamos unas mangas pasteleras con la crema y echamos por todo el bizcocho, alisamos con ayuda de una espátula. Repetimos hasta terminar con todas las capas, haciendo coincidir los palillos, uno encima de otro.









Cuando hayamos terminado, rodeamos el contorno de la tarta y la parte superior de crema.




     Con ayuda de un alisador de tartas, vamos quitando el exceso de crema y dejándola homogénea.
Metemos dos mangas pasteleras de crema dentro de otra más grande para adornar con dos colores a la vez por encima de la tarta.

Una vez que está la tarta terminada, echamos confeti de azúcar de colores para darle el último toque de color.







Este ha sido el resultado, una tarta muy vistosa, deliciosa, y ya habéis visto que es muy fácil de hacer. 
¡Buen provecho!