Como ya habréis visto, tengo ya varias entradas de pasta, y es que me gusta mucho, además que es muy rápida de hacer, y lo bueno de hacerla es que se le puede poner todos los ingredientes que uno quiera.
Siempre que voy al súper me paso por la sección de las pastas porque al menos un día a la semana me gusta comerla. Uno de esos días que pasé por Lidl, vi este tipo de pasta de boletus y me la llevé a mi casa, empecé a ponerle algunas cosas y creo que quedó bastante buena, por lo menos en mi casa, gustó.
A ver qué tal os parece la receta... Así que... vamos a la cocina...
- Una caja de mariposas de boletus (Lidl)
- 8 dientes de ajos
- 2 puerros
- 1 cebolla
- 1 berenjena
- Un trozo de queso gruyère
- 200 gr de setas
- 200 ml de nata para cocinar
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva
- 2 hojas de laurel
ELABORACIÓN:
En una olla echamos agua suficiente para cubrir la pasta, con dos hojas de laurel, dos dientes de ajos, una pizca de sal y un chorrito de aceite. Llevamos a ebullición a fuego fuerte.
Cuande el agua esté hirviendo, echamos la pasta y removemos de vez en cuando. La coceremos según los tiempos que marque el fabricante. La sacamos, la escurrimos y reservamos.
Picamos unos dientes de ajos, 5 ó 6 y en una sartén a fuego medio, los doramos un poquito.
Después añadimos los puerros y la cebolla, picaditos con un poquito de sal.
Y tras varios minutos, la berenjena en tiritas, también con una pizca de sal.
Dejamos pochar las verduras unos minutos y mientras picamos las setas, pero cortadas un poquito más grandes que el resto de verduras, para que se note más su sabor sobre el resto de ingredientes. Las añadimos también a la sartén, con otra pizca de sal y pimienta al gusto.
Dejamos rehogar las verduras hasta que hayan soltado todo el agua que tienen.
Cuando ya están cocinadas añadimos la nata y le damos unas vueltas en la sartén, para que se integre bien con todos los ingredientes.
Entonces echamos las verduras de la sartén encima de la pasta que teníamos reservada y lo removemos todo.
Cuando está todo bien mezclado, lo echamos en una fuente apta para hornos y rallamos el queso gruyère por toda la superficie.
Encendemos el grill a temperatura máxima y metemos nuestra fuente de pasta hasta que el queso esté doradito a nuestro gusto.
Mmmm... ya huelo desde aquí... ¡Vamos a comer!