lunes, 18 de noviembre de 2013

Tosta de níscalos con cebolla caramelizada




     Hola a todos. Hoy os traigo una tosta de níscalos y alguna que otra cosilla que está buenísima. No había probado aún los níscalos, y Pai, mi amiga, me regaló una bolsita de ellos... mmm... tienen un sabor que me encanta. Le he puesto varias cosillas más y ha salido esto... A ver qué os parece..



INGREDIENTES:

- 300 gr de níscalos (más o menos)
- 3 ó 4 rebanadas de pan
- 4 ó 5 lonchas finas de jamón serrano
- Queso para fundir (según vuestra elección, los dos que he utilizado son suaves)
- 1 vaso de cerveza
- 3 dientes de ajo
- Media cebolla grande o una pequeña
- Vinagre de Módena
- 3 cucharadas soperas de azúcar
- Sal
- Pimienta
- Perejil
- Aceite de oliva

ELABORACIÓN:

     En una sartén a fuego medio y con un buen chorro de aceite de oliva, he picado los ajos finamente, y los he dorado un poquito.

     Mientras, he lavado y secado bien los níscalos (con cuidado), pues venían directos de los montes... qué colores, qué olor...



     Los he cortado en juliana y los he añadido a la sartén con los ajos. He agregado sal, pimienta y perejil. Removiendo de vez en cuando y bajando un poquito el fuego, se han ido cocinando lentamente.



De cuando en cuando he ido removiendo con una cuchara de madera.
    
CEBOLLA CARAMELIZADA (fotos aquí)

    Mientras iba removiendo, he picado la cebolla, también en juliana, y la he puesto en otra sartén a fuego medio-bajo, con un chorrito de aceite y con un poco de sal. He rehogado, hasta casi pochar, esto es, hasta que casi estaba transparente. Justo antes de que se terminara de hacer la cebolla, añadí un buen chorreón de vinagre de Módena y las tres cucharadas soperas de azúcar. Hay que estar pendiente de la sartén, y si vemos que el líquido se consume rápidamente, bajar el fuego para que no se consuma de todo el caldo, pues si se seca, se quemará.

     Al final nos quedará la cebolla oscura, pero con un poquito de caldito, no mucho, lo necesario para que al coger con el tenedor no se queden unos trocitos pegados con otros...(ufff... ¡¡cada vez me explico peor!!). Apartamos del fuego y reservamos.
    
     Encendemos el horno a 170/180 grados calor arriba-calor abajo.
    
     Seguimos con la receta. Hemos estado removiendo de vez en cuando nuestros níscalos con el ajo, el perejil, la sal y la pimienta.
     Bañamos entonces con el vaso de cerveza y dejamos que se consuma un poco el caldo.



     Ahora le toca el turno al jamón serrano, que hemos cortado en trocitos pequeñitos. Lo echamos a la sartén con el resto de ingredientes y removemos de nuevo.



Retiramos y reservamos.

    Tostamos el pan, en mi caso en una tostadora, no mucho pues ahora irá al horno, poniendo encima del pan un trozo de queso cortado fino, encima nuestros níscalos, otra capa de queso rallado y lo metemos al horno hasta que tengamos nuestra tosta gratinada o el queso fundido, como nos guste.



    Sacamos, ponemos un poquito de cebolla caramelizada y un pelín más de perejil si nos gusta... Y ya podemos servir... y comer... mmm... qué bueno, por favor...