INGREDIENTES:
- 3/4 kg. de garbanzos
- 1 bolsa de espinacas frescas
- 4 zanahorias
- 2 cebollas grandes
- 2 tomates maduros
- 4 ó 5 dientes de ajo
- 2 hojas de laurel
- Pimienta molida
- Unas ramitas de perejil
- Aceite de oliva y sal
ELABORACIÓN:
Se ponen los garbanzos en remojo en un bol grande con mucha agua y un poquito de sal el día antes de preparar el potaje.
Al día siguiente, cogemos una olla grande y ponermos a calentar los garbanzos con abundante agua de manera que queden 4 ó 5 dedos de agua por encima de los garbanzos a fuego medio/fuerte. Tenemos que ir retirando la espuma blanca que se va formando en el agua, tantas veces como sea necesario.
Cuando los garbanzos rompan a hervir, añadimos un chorro generoso de aceite de oliva, las zanahorias, 1 cebolla, 3 dientes de ajo y un poco de perejil, todo muy picadito, las dos hojas de laurel y un poco de sal.
Bajamos un poco el fuego para cocer todo lentamente.
Cuando pase una media hora le añadimos las espinacas también muy picaditas.
Dejamos que hierva todo hasta que los garbanzos estén tiernos, si nos quedamos cortos de caldo, le podemos ir añadiendo agua para que sigan estando cubiertos todos los ingredientes.
Mientras, en una sartén haremos un sofrito con la cebolla que nos ha quedado, que la pocharemos junto con dos dientes de ajo, un poco de perejil, los tomates, todo picado en trocitos pequeños, y un poco de pimienta y sal. Cuando tengamos el sofrito listo, cogemos un poco de caldo de la olla, lo trituramos todo con la batidora y lo añadimos de nuevo a la cacerola.
Al final, probamos y rectificamos de sal si es necesario.
- NOTA: Cuando hago "platos de cuchara" suelo hacer bastante cantidad, como en este caso, y lo congelo en tuppers para varios días.
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