Galletas belgas "speculoos"

      Hace unos días me encargaron que hiciera una tarta y la única condición era que tuviera un corazón... así que se me ocurrió que por qué no lo hacía de galleta... Así que buscando y buscando, he encontrado una receta muy sencilla y con un resultado espectacular por el sabor que tienen... y eso que no soy muy "galletera"...  

     Cuando las he probado se me han quitado las ganas de comprarlas... no quiero volver a comprar galletas en el súper ¡nunca más!

     He de decir que como siempre, no he seguido la receta al pie de la letra, porque me quedé con dos diferentes que vi en internet, una en el blog "bocadosdecielo" y la otra no sé dónde la miré, prometo ponerlo cuando lo encuentre... qué cabeza no apuntarlo... y las he mezclado un poquito adaptándola a mi manera de "ver" las cosas... 

     Espero que os gusten tanto como me han gustado a mí... He disfrutado haciéndolas y aún más comiéndolas...

 (¡La tarta la publico dentro de poquito! No quiero que la persona que va a venir a recogerla mañana la vea en el blog hasta que la vea "en persona"...)

INGREDIENTES:

- 30 gr de azúcar blanca

- 125 gr de azúcar moreno

- 125 gr de mantequilla a temperatura ambiente

- 50 gr de almendras molidas

- 175 gr de harina de repostería

- 1 cucharadita de nuez moscada

- 1 cucharadita de canela

- 1 cucharadita de levadura (Royal)

- 1 cucharadita de bicarbonato

ELABORACIÓN:

     Precalentamos el horno a 180º, calor arriba, calor abajo.

     En un bol, echamos el azúcar moreno junto con la blanca y removemos. Añadimos la mantequilla en pomada, he de decir que he hecho un poco de trampas y la he derretido un poquito en el micro... (no se lo contéis a nadie...) y movemos hasta obtener una masa fina.

     Agregamos las almendras, la nuez moscada y la canela y damos más vueltas con la cuchara hasta que esté todo integrado. 

     Entonces tamizamos la harina y la echamos con la levadura y el bicarbonato, en el bol con los demás ingredientes.

     Seguramente, nos quedará una masa demasiado suelta, así que vaciamos el bol 

sobre la superficie de trabajo y la vamos haciendo una bola con las manos, apretando para que se vayan pegando las "miguitas" que se han desprendido.

      Cogemos la mitad de la masa y la hacemos una bola, la ponemos sobre un papel de horno y la cubrimos con otro. Empezamos a estirar la masa con un rodillo hasta que quede del grosor que queramos. 
     Cuando tengamos la masa estirada, utilizaremos los cortadores para hacer las galletas.

     Cubrimos la bandeja del horno con papel de hornear y vamos poniendo nuestras "futuras" galletas un poquito separadas entre ellas para que, cuando crezcan al hornearlas, no se queden pegadas.

 

 

     Dejaremos las galletas cociendo en el interior del horno hasta que se doren, nosotros decidiremos cuándo sacarlas, al ver que obtienen el color dorado que queramos.

     
     Pondremos a enfriarlas retirando todo el papel con las galletas encima sin hacer pliegues y sin retirarlas una a una, pues se romperán hasta que estén frías.

     Y ya tenemos nuestras deliciosas galletas... Pensé que comer pipas era un vicio... pero... ¿habéis probado con esto?

NOTA: He decorado las galletas con un tubito de crema de color rojo de Dr. Oetker, que podemos encontrar en cualquier supermercado. Tiene un agujero muy pequeño, así que también podríamos escribir para hacer otro tipo de decoración.